Virginia S., Virgie para sus amigos, es una asidua del programa para mayores desde hace mucho tiempo. Como participante, disfruta de la conversación y las risas que tiene con sus amigos del centro. Como voluntaria, Virgie ayuda a servir las 9.000 comidas que Wesley-Rankin ofrece anualmente a los ancianos de la zona.
P: ¿Cuál es su primer recuerdo del programa Senior?
R: Cuando llegué aquí, no conocía a nadie más que a esta señora que está caminando por allí, pero no tardé mucho en moverme y empezar a conocer gente.
P: Cuando empezó a venir aquí, ¿qué le hizo querer seguir viniendo?
R: Estábamos solos mi marido y yo, y él trabajaba de día. No tenía nada más que hacer, y me gustaba venir aquí y tener algo que hacer, ya sabes. Y me ofrezco a ayudar por aquí. Después de que fallecieran dos de mis amigos, empecé a ser más voluntaria.
P: ¿Ayudas a cocinar?
R: Yo no cocino; cocinan mis amigos. Pero yo hago el resto, ya sabes. Por la mañana, reparto el café y ayudo cuando mis amigos se ponen enfermos.
P: ¿Qué es lo que más le gusta del programa?
R: Me gusta estar en la cocina. Nos reunimos -somos tres los que ayudamos en la cocina- y lo disfruto.
P: Estuve aquí el otro día, cuando el Ballet Folclórico vino a bailar. También estuve aquí cuando vino a cantar el grupo acapella del MIT, Crossproducts. ¿Has visto esos programas?
R: Sí, eran geniales. Y esa gente que vino con sus instrumentos [Texas Wind Symphony], esa es otra que estuvo muy bien. Me encantan los visitantes que pasan por aquí.
P: ¿Cuál es su recuerdo favorito de Wesley-Rankin?
R: Disfruto de todas las oportunidades de hablar con mis amigas.
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